Unos cuantos siglos antes del nacimiento de Cristo, habían existido civilizaciones humanas en Mesopotamia y Egipto, India y China por miles de años, y se daban las circunstancias necesarias para la nueva civilización que apareció en Grecia. Allí, las personas comenzaron a pensar con mayor detenimiento acerca de
lo que significa ser un humano que vive en una sociedad. Hesíodo, uno de los primeros poetas griegos, declaró el punto de partida de la economía: «Los dioses mantienen oculto el alimento de los hombres». El pan no nos llueve del cielo. Para comer necesitamos cultivar trigo, cosecharlo, molerlo para que se convierta en harina y hornearlo en hogazas. Los humanos deben trabajar para mantenerse con vida.