Aunque se sigue llamando “Conquista del Desierto” a la campaña que incorporó al Estado argentino los territorios de la Pampa y la Patagonia, tal denominación transmite la imagen de la ocupación de un espacio vacío, civilizado tras su conquista e hispanizado lingüísticamente. El testimonio de la comunicación de frontera y la literatura nos ofrece la posibilidad de volver sobre la arquitectura de las variedades del español en estos territorios en las décadas previas al etnocidio de la población indígena.