Acaso no basta con que un gobernante desempeñe eficazmente sus funciones y proteja y amplíe los templos y brinde trabajo a sus súbditos y, si cree poseer alguna sensibilidad, se rodee de poetas y de músicos? ¡Ese gobernante sería sin duda un artista sublime! En cambio, ¡dime si de la peculiar situación que tú mismo has creado puedes obtener beneficio alguno!