Aquel arreglo puramente platónico iba directo al romance…
Cuando Noelle Stevenson vio el resultado de la prueba de embarazo, no supo qué hacer. El padre del bebé que esperaba había muerto sirviendo a su país en Irak. La joven, de sólo diecinueve años, apenas conseguía llegar a fin de mes trabajando y estudiando en la universidad. Por eso cuando su jefe, Devlin Hunter, le propuso que se casara con él, no pudo rechazar aquel matrimonio temporal y de conveniencia.
Dev quería hacer lo mejor para ella, pues sabía que lo necesitaba, pero no imaginaba que su bella esposa, aunque por conveniencia, conseguiría hacerse un hueco en su duro corazón…