Esta obra trata de un esfuerzo didáctico encaminado a mostrar que la reflexión sobre el absurdo y la rebelión adelantada por Albert Camus es una lectura de la contemporaneidad, entendida ésta como el desfase entre la conciencia que el hombre ha adquirido de la libertad y la realización histórica de esa conciencia. Dicho esfuerzo muestra el modo como Camus encara radicalmente el problema existencial número uno del ser humano: el problema de la muerte, pero su emergencia como problema es enteramente vivencial, casi doméstico: ¿cómo hacer la historia sin tener que pasar por el asesinato, o por el consentimiento de que maten a otro, bien sea mediante el sentimiento de identificación con la acción homicida, o mediante el silencio cobarde?