Ese perro tiene el nombre más ridículo del mundo, se llama Gomita. Juro que jamás le voy a poner Gomita a ninguna de mis mascotas, sobre todo si se me ocurre comprar un perro que se vea tan rudo como ese.
Si ese bulldog pudiera hablar seguro pediría que le pusieran un nombre que se pareciera a su cara, algo así como Thor, Capitán Barba Roja, Hulk o Rifle pero como no puede tiene que sufrir en silencio las injusticias de su dueña.