—Lo siento mucho, Henri —le susurro al oído, y cierro los ojos—. Te quiero mucho. Yo tampoco cambiaría ni un segundo. Por nada del mundo. Pienso llevarte de vuelta. De algún modo, te llevaré de vuelta a Lorien. Siempre bromeábamos sobre esto, pero en realidad eras mi padre, el mejor padre que podía haber pedido. Nunca te olvidaré, ni un solo minuto mientras viva. Te quiero, Henri. Siempre te he querido.