Este postulado del amor único organiza entonces toda una economía de la pasión en los boleros: es lo que hace que se ame sin reservas, que se dé el corazón, que se entregue el alma, que se viva para amar y que se muera de amor. Si el amor es único en la vida, todo lo que lo precede es un preludio y todo lo que lo sigue es una agonía. El amor en los boleros no solamente es una religión: es una religión monoteísta