Los relatos con orla negra de W. G. Sebald cuentan cosas cotidianas e inquietantes, son testigos minuciosos y excesivos de un desajuste pertinaz. De las grietas de la memoria asoman «hechos casuales», ya amenazadores, ya reconfortantes. Sin embargo, el leve infierno de la depresión no deja mudo al escritor, sino que parece percibir el mundo con más agudeza. Bajo el signo de la melancolía ha creado un texto de paradójica belleza. «Uno de los escritores europeos contemporáneos más misteriosamente sublimes» (James Wood, The New Republic); «Hace de la narración una investigación en estado de éxtasis» (The New York Times Book Review); «Pocos escritores le hacen a uno más consciente de los poderes seductores del lenguaje» (Tim Parks, The New York Review of Books); «Una especie de Borges teutónico con domicilio en Inglaterra… Vértigo es una obra muy personal, y nos muestra su génesis como escritor» (Sebastian Shakespeare, Literary Review).