Siempre tenía en la cabeza el propio acto de cometer los asesinatos. El llanto de los niños y el mío. La lucha por salir de la situación. Por ser libre. Os he hecho mucho daño. El aspecto que tenían vuestros cuerpos después. No puedo soportarlo. Es realmente atroz, lo siento mucho […]. Es duro, muy duro estar poseído por fuerzas desconocidas