El último lugar donde Catherine esperaba encontrarse era sentada en un autobús, esposada a un malhumorado cazarrecompensas. Un día, este imponente hombre se presentó de improviso en su casa, la confundió con su errática hermana, una showgirl de Miami, y se la llevó en volandas con sus enormes brazos. Pero a Sam McKade nadie lo engaña con el viejo truco de las hermanas gemelas. Al fin tiene consigo a la guapísima pelirroja y no va a permitir que se le escape. El problema es que la chica resulta ser mucho más dulce de lo que pensaba, y que los besos de ambos son de tan algo voltaje que alguien puede llegar a quemarse…