Si bien la Visión de Anáhuac, escrita en 1915 cuando Alfonso Reyes tenía 27 años, pertenece a la primera época del autor, desde el punto de vista artístico es ya una obra definitiva: su estructura es orgánica, acabada.
Ese texto -anterior a sus más conocidos ensayos demuestra que Reyes ya dominaba la forma literaria, que ya tenía una gran conciencia de estilo y que la armonía era uno de sus principales móviles. Al mismo tiempo el texto revela que no despreciaba la erudición, elemento que, aunque presente, no predomina.