Mientras que en el curso de la globalización muchas lenguas pierden dominios y hablantes hasta su completa desaparición, las lenguas mayoritarias están cada vez más inmersas en un proceso de pluricentrismo, con el establecimiento de distintos centros lingüísticos irradiadores de una norma de prestigio propia. Si se estudia la situación del español actual bajo esta óptica, la inagotable discusión acerca de su unidad y diversidad adquiere un nuevo e interesante matiz, no sólo en referencia a las variedades americanas sino también a las del Estado español. En el presente libro se analizan las distintas tendencias de estandarización del español actual y su estrecha relación con la constitución de nuevas identidades sociolingüísticas en la era de la glocalización. Todo ello se enmarca dentro de un amplio estudio empírico sobre el español de Canarias y las actitudes de sus hablantes frente a dos procesos de estandarización divergentes pero aparentemente simultáneos: aquel que tiende a la convergencia con el estándar septentrional y aquel que tiende al establecimiento de un estándar regional propio.