Los sentimientos importan. No sólo los propios, sino también los de las personas con quienes no estamos de acuerdo.
La cortesía importa. El enojo puede ser expresado sin insultos.
Las palabras importan. Lo que eliges decir puede causar resentimiento o generar buena voluntad.
El castigo no tiene ningún lugar en una relación amorosa. Todos somos personas en proceso, capaces de cometer errores y capaces de afrontar nuestros errores y corregirlos.
Nuestras diferencias no tienen porqué frustrarnos. Los problemas que parecen irresolubles pueden ser vencidos por la escucha respetuosa, la creatividad y la perseverancia.
Todos necesitamos sentirnos valorados. No sólo por quiénes