apariencias. Si uno logra irse liberando de trabas internas, surge la luz del inconsciente que opera libremente en nosotros y nos hace fluidos, espontáneos, contentos y precisos; así se desencadena también la acción diestra, que es vital y espontánea y no el resultado de análisis intelectuales o patrones, ni mucho menos del conflicto surgido entre los pares de opuestos, o en esa visión enturbiada por los prejuicios y patrones