La carrera de Bartholomew Roberts terminó abruptamente el 10 de febrero de 1722 cerca de Cabo López en Gabón, cuando, a bordo de su barco principal, el Royal Fortune, fue alcanzado en el cuello por un disparo de balines de cañón mientras se enfrentaba al Swallow, un buque de guerra de la Marina británica comandado por el capitán Chaloner Ogle. Sus marineros le oficiaron el funeral que él mismo había indicado. Antes de que fuera capturado por el enemigo, envuelto en sus mejores ropas, cubierto de púrpura y encajes, su cuerpo fue arrojado al mar. Sus ciento sesenta y dos hombres fueron juzgados y cincuenta y dos condenados a morir en la horca, en el mayor proceso que tuvo la historia de la piratería. Se ha descubierto que al momento del combate final, perdido su capitán, la mayoría de la tripulación estaba ebria a la hora del combate. La muerte de Roberts y la destrucción de su flota pirata en 1722 fue uno de los golpes más importantes que inició el fin de la piratería en América.