Aquel era un trabajo poco apropiado para una dama…
La señorita Glory Sutton tenía dos inconvenientes en su vida. El primero, el preciado balneario que estaba decidida a restaurar no cesaba de sufrir ataques vandálicos. El segundo era Oberon, el arrogante duque de Westfield, el hombre encargado de ayudarla a encontrar a los autores.
Oberon no tenía ningún interés por aquella independiente y problemática mujer. Y Glory no podría sentirse menos interesada por aquel enigmático libertino.
Pero conforme comenzaron a profundizar juntos en los misterios del balneario, se verían obligados a revelar sus secretos. Entonces, la antigua leyenda de la magia de las aguas empezó a surtir efecto…