Protegida de la fallecida Lucia Berlin, Elizabeth Geoghegan escribe una prosa lírica basada en lugares mezclada con un realismo vanguardista e ingenio irónico. Estas ocho historias nos llevan en un viaje a través de las fallas explosivas de la intimidad, que se desarrollan a través de ciudades y continentes. Ya sea haciendo autostop en el Véneto italiano, caminando a través de un campo de arroz balinés negro como la boca del lobo o haciendo cola para tomar algo en un bar abarrotado de Seattle, Geoghegan deja a sus personajes a la deriva en un mundo que reclama el terreno enigmático del deseo. El relato que da título al volumen tiene como protagonistas a una hermana y un hermano guiados por la inercia de la imprudencia y la autodestrucción.