Esta obra tiene la virtud presentar y contextualizar las experiencias espirituales de tal modo que se hacen comprensibles para la razón. Nos lleva del dominio lineal al no lineal con tanta elegancia que, sorprendentemente, lo que parecía incomprensible se hace evidente.
El doctor Hawkins describe los estados de unidad «desde dentro», acercándonos a ellos y desvelando su conocimiento íntimo de los mismos. Su palabra retrata las realidades místicas con viveza singular, sin olvidar su dimensión social insertándolas en el contexto general de la evolución humana.
La síntesis de ciencia y espiritualidad que ofrece es única porque Hawkins no es un un religioso ni un teólogo, sino un profesional clínico con amplia experiencia en los campos de la educación, el psicoanálisis, la investigación y sobre todo la psiquiatría, que practicó durante más de cincuenta años.
Además, el autor aquí alcanza su plena dimensión como maestro espiritual y profundo conocedor de las tradiciones misticas. La Presente obra ha recibido elogios de numerosos científicos, premios Nobel y otros personajes notables, entre los que destaca madre Teresa de Calcuta.
A continuación presentamos el principio del capítulo 2 de El ojo del Yo del que nada esta oculto, puedes descargar el extracto completo de este capitulo en el siguiente link: extracto-de-el-ojo-del-yo
El mundo de la percepción había sido reemplazado. La identidad había pasado de ser un sujeto limitado (un «yo» personal) a un contexto ilimitado. Todo se había transformado y revelaba belleza, perfección, amor e inocencia. Todos los rostros brillaban con el resplandor de la belleza interior. Todas las plantas se manifestaban como una forma artística. Todo objeto era una escultura perfecta. Todo existe sin esfuerzo en su propio lugar, y todo está secuenciado en la sincronicidad. Lo milagroso no tiene interrupción. Los detalles de la vida se acomodan misteriosamente, espontáneamente. La energía de la Presencia consigue sin esfuerzo lo aparentemente imposible y genera fenómenos que el mundo ordinario consideraría milagrosos.
A lo largo de un período de varios años, tuvieron lugar de forma regular y espontánea lo que se denomina normalmente como fenómenos psíquicos. Fenómenos como la clarividencia, la visión a distancia (capacidad de ver lo que está por delante), la telepatía y la psicometría eran del todo comunes. Había un conocimiento automático de lo que las personas pensaban y sentían antes de que hablaran.