A lo largo de su existencia la Humanidad fue atacada por diversos enemigos; ahora todas esas tragedias quedaron en la Historia.
El día que los Parciales nos atacaron con el virus RM no perdurará en ninguna parte, pues no quedará nadie para recordarlo.
–Declaración del Presidente David R. Cregan en una conferencia de prensa el 21 de marzo de 2065 en la Casa Blanca. Tres horas después se ahorcó en su despacho.
La única esperanza para la Humanidad no es humana…
En 2076, en un mundo devastado por la guerra, los seres humanos están al borde de la extinción y la clave de la supervivencia está en manos de una chica de 16 años.
La Humanidad está a punto de desaparecer tras haber perdido la guerra con los Parciales (seres creados con tecnología genética, idénticos a nosotros). Los humanos sobrevivientes fueron reducidos a unos pocos miles por el RM, un virus letal utilizado como arma biológica, al cual solo parte de la población es inmune.
Los habitantes se concentraron en Long Island y, aunque los Parciales se han retirado misteriosamente, su amenaza persiste. Pero lo peor es que en once años no ha habido un solo bebé que haya sobrevivido al RM.
Kira Walker, una estudiante de medicina de dieciséis años, se encuentra en la línea de fuego en esta batalla. Es testigo de los estragos que causa el RM y también de las leyes de embarazo obligatorio, que han llevado a la ciudad a las puertas de una guerra civil.
En la desesperada búsqueda por salvar la continuidad de su raza, Kira descubrirá que la supervivencia de humanos y Parciales dependerá de sus esfuerzos por comprender la conexión entre ambos, algo que el mundo ha olvidado… o quizá nunca supo que existía. En el camino develará varios misterios y un secreto que va más allá
de las luchas por el poder, el control y la conservación.
¿Rebeldía u obediencia? ¿Autoritarismo o revolución? La respuesta parece ser una sola: libertad. Pero ¿a qué precio?
Dan Wells lleva a los lectores en un viaje espeluznante a un mundo donde se cuestiona el concepto mismo de ser humano, en el cual nuestros rasgos son, a la vez, nuestra mayor desventaja y la única esperanza de sobrevivir.