María Neyla Valdén vive en Barrio Norte con su padre una vida más bien irrelevante, trabajando como secretaria para una compañía inversora en una moderna torre del Bajo. La acción comienza mientras espera en una esquina céntrica a un novio motoquero que nunca llegará, durante un día de agitación ciudadana que recuerda la agonía del gobierno de De la Rúa. Los confines de la ciudad de Buenos Aires ceden ante el avance de la intemperie, que se va comiendo las edificaciones para convertirlas nuevamente en pajonales. Los habitantes de la ciudad se inquietan y la capital poco a poco va asilando a los que pierden sus viviendas hasta que el hacinamiento lleva a la rebelión y se bloquean las entradas a la ciudad, ahora asediada.