En “Lo malo de lo bueno” se plantean ideas interesantes que ponen en tela de juicio el supuesto de que la verdad se esconde en alguna parte y que la vida consiste en buscar dicha verdad a toda costa, a pasos agigantados, sin descanso; y que el fracaso en dicha tarea solo nos demuestra que los procedimientos de búsqueda no han sido lo suficientemente sofisticados y que la desilusión resultante de esto solo nos debería incitar a seguir buscando. Y así vamos desilusión tras de desilusión. Qué locura.