—El amor es el combustible que necesitamos para seguir viviendo. Existe la posibilidad de que se agote y también de que no dé sus frutos. Pero nadie podrá arrebatarnos el recuerdo de haber amado o de haber estado enamorados alguna vez en la vida, incluso en el caso de que dicho amor acabe disolviéndose y desapareciendo. Eso es lo importante, ¿se da cuenta? El amor es nuestra fuente de energía vital más valiosa, la fuente de calor de nuestro ser. Algo sin lo cual el espíritu, tanto del hombre como del mono, acaba convertido en un páramo umbrío, frío y yermo. Y por ello atesoro con sumo cuidado y devoción aquí dentro —se llevó la peluda mano al pecho— los nombres de aquellas siete hermosas mujeres que amé en el pasado, y que para mí tienen mucho valor. A ellos me aferro durante las frías y crudas noches invernales, con el objetivo de caldear mi exigua alma y ayudarme a mantenerla a flote para continuar navegando por las aguas de la vida que aún me queda por vivir. —Dejó escapar una risa sofocada y agitó la cabeza varias veces—. Cuanto más lo pienso, menos lo entiendo —dijo y rio de nuevo, contenidamente.