El ser humano hace buenas máquinas, que duran largo tiempo y solucionan diversas necesidades. Otras veces las hace mal, y dejan de funcionar. Entonces se parchean, se arreglan de cualquier modo, para que al menos “parezca” que todavía funcionan. Tirarlas puede avergonzar a su comprador, pues supone reconocer que ha “tirado” lamentablemente su dinero o su tiempo.
El hombre también desarrolla conductas éticas positivas, que crean y regeneran tejido social, pero otras veces su actuación es abiertamente negativa. E incluso a veces recurre a la hipocresía en su afán frenético de convertir el vicio en virtud.
En este libro, el autor reflexiona sobre cómo descubrir los tópicos, los eufemismos interesados, las falacias y la frecuente hipocresía, haciendo valorar el atractivo poderoso de la virtud.