En el mandamiento de amar al prójimo como a nosotros mismos, este “como” se refiere tanto al amor al otro como al amor a sí mismo. Nos hace comprender que el amor a Dios, el amor al otro y el amor a nosotros mismos son un único y gran amor. Confundir amor a sí mismo y egoísmo tiene efectos negativos no solo sobre el propio bienestar espiritual, sino también sobre cómo amamos a los otros y a ese Otro que es Dios