Todavía hoy, la búsqueda de orquídeas raras o poco vistas, como las distintas variedades de la drácula, las raras orquídeas de la subtribu Pleurothallidinae, es una ocupación aristocrática, si es que algo puede quedar de aristocracia en el hecho de adentrarse en los matorrales deletéreos para encontrar una flor bajo las sombras de los cámbulos —Erythrina poeppigiana— o en las copas de un pisquín —Albizia carbonaria— inaccesible azotado por los viento