a única manera en que me permito perder es: Luchando por ella. La amo cada día que pasa. Nunca le pedí nada y aun así me lo dio todo:
Su boca.
Su piel.
Su sexo.
Su sudor.
Su vida.
Grave error creer, que por luchar y sufrir tanto, la vida te debe una recompensa. Te volverá a poner a prueba por no haber entendido nada. Nosotros lo entendimos, todavía tenemos mucho por aprender, pero juntos.
Y entonces te das cuenta que el mundo no es tan malo, que a lo mejor hay que aprender a leerlo entre líneas. Con los ojos bien abiertos.