El barman
En verano la gente se vuelve loca, se calienta, te rompe el quiosco por cualquier huevada. La otra madrugada tuvimos una escenita. Una pelea de putas, qué otra cosa puede haber por aquí. Los de siempre: las putas, los chulos y la policía. Nada grave, dos sillas rotas y una vomitona sobre la barra. ¡Por lo menos me encontré cincuenta pavos en el lavabo! Tengo que llamar al fontanero porque ese retrete ya no va a aguantar otro polvo.