Madrid, 1822.
Una joven y solitaria viuda madrileña descubre con impotencia cómo la aristocracia cortesana protege a dos de sus hijos, responsables del secuestro y asesinato de su marido. Pero ¿qué puede hacer una mujer sola, sin poder ni influencias? Rebelarse.
En el corazón de la serranía, un grupo de hombres desafía la autoridad real robando y hostigando los cargamentos del rey, los llaman los Siete Chacales. La partida de bandoleros más poderosa y temida. Amos del desfiladero de Despeñaperros, puerta natural de Andalucía desde la meseta castellana y paso obligado de viajeros y carruajes.
A ese lugar sin ley se dirige la condesa de Miraflores en busca de justicia.
Su loco plan es contratar a los delincuentes para apresar a los asesinos de su marido antes de que embarquen hacia América.
Pero no está preparada para encontrarse frente a Samuel. Uno de los Siete Chacales, a quien todos llaman Satanás, con la cara desfigurada por terribles cicatrices; una montaña de sangre y músculos alimentada por el dolor.