Coloco está cita, entre muchos párrafos dignos en esta excelente novela histórica:
"El hermano Asser la llamó bruja –le dije–, hechicera.
–Bueno, es lo normal, ¿no? ¡Es monje! Los monjes no se casan. Le aterrorizan las mujeres, al hermano Asser, a menos que sean muy feas, y entonces aprovecha para intimidarlas. Pero en cuanto lo pones delante de alguna joven belleza, pierde los papeles. Y por supuesto detesta el poder de las mujeres.
–¿El poder?
–No hablo de las tetas. Y Dios sabe lo poderoso que es un par de tetas, sino del poder real. ¡Poder! Mi madre lo poseía. No era reina de las sombras, ojo, pero era curandera y vidente."
Repito, cuando es lectura buena, es lectura que no puedes dejar de leer.
Llevo tres libros de esta saga y, sin duda, regresaré por más, pues el pagano Utrhed es uno de mis personajes entrañables. Nos veremos en el Valhalla y brindaremos con vino de abedul!
El destino lo es todo!