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Hiroko Oyamada

Agujero

  • GisEllahas quoted3 years ago
    Decía el dicho que las amas de casa gozaban de tres comidas y una siesta gratis, pero en realidad la siesta era la forma más económica y eficiente de pasar el rato
  • Brenhas quoted2 days ago
    La cabeza del abuelo asomaba de un hoyo bastante ancho que había en la ribera
  • Brenhas quoted2 days ago
    Es complicado… ¡y vergonzoso! ¡A mi edad! Sí, vergonzoso. Mi vida es vergonzosa, yo soy la vergüenza de la familia, hasta el punto de que te ocultaron mi existencia…»
  • Brenhas quoted2 days ago
    Para cuidarme a mí, un hijo que no sabían si valía o no valía, mi padre se deslomó trabajando y mi madre se vio forzada a vivir bajo el mismo techo con una señora con la que ni estaba emparentada ni se entendía bien. Y aunque mi abuela murió joven, mi madre tuvo que cuidarla hasta el final, y no fue una muerte fácil. Pasaron mil cosas hasta que se murió. Y además de todo eso se ha dedicado a servir a su suegro, un señor muy malhumorado. Es un sistema que sacrifica la voluntad individual. La nuera, la suegra… Mis padres han hecho todo esto solo para dejar descendencia en el mundo. Eso es lo que me repugna. Me repugnaba. ¿Entiendes?
  • Brenhas quoted2 days ago
    Yo también lo soy! No soy peligroso ni para los humanos ni para los animales. En todo caso no son mala gente.
  • Brenhas quoted3 days ago
    El agua estaba tan quieta que parecía de mentira, como si fuese gelatina.
  • Brenhas quoted3 days ago
    «Sabes, la señora Matsuura es muy buena persona. Tienes suerte de que sea tu suegra», dijo muy sonriente. «¿Sí? Sí, claro», asentí. «Sí, eso es lo más importante. Hasta luego». L
  • Brenhas quoted4 days ago
    y si vas a saludar a unos y a otros no, luego es un problema…», me había dicho. «
  • Brenhas quoted4 days ago
    «¿Ves cómo no puedes? Ven.» La mujer se agachó y estiró su brazo. La sombrilla se desvió un poco y pude verle la cara. Tenía una sonrisa en los labios y unas gafas de sol enormes que cubrían casi todo su rostro estrecho. Efectivamente parecía mayor, pero probablemente más joven que mi suegra o mi madre. Avergonzada, tomé su mano. Estaba fría y era demasiado huesuda, me pareció, para cargar con mi peso, pero apenas hubo tiempo para dudar. Enseguida la mujer dijo: «Tres, dos, uno», y tiró de mi brazo con fuerza
  • Brenhas quoted4 days ago
    «Eh… Estoy bien. Solo me he caído en un agujero.» «¿Quieres salir? ¿Te ayudo?», preguntó la mujer con voz dulce, ofreciéndome su mano libre, la que no sujetaba la sombrilla. Tenía una muñeca muy fina. «No se preocupe, puedo salir sola.» «¿Estás segura?» Por su voz, parecía una mujer mayor, al menos de mediana edad.
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