»Fingí que Ahoshta había escrito la carta, y esto era lo que decía: “Del tarkaan Ahoshta al tarkaan Kidrash, saludos y paz. En el nombre de Tash el irresistible, el inexorable. Debes saber que mientras realizaba mi viaje hacia tu casa para celebrar el contrato de matrimonio entre mi persona y tu hija la tarkina Aravis, quisieron la fortuna y los dioses que me encontrara con ella en el bosque cuando había finalizado los ritos y sacrificios de Zardeenah según la costumbre de las doncellas.