La Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija fue publicada en 1492. Era la primera gramática de una lengua romance. Su «Arte» serviría a quienes, por pertenecer al reino o tratar con España, necesitasen aprender su lengua. La lengua castellana era un instrumento del imperio entonces en plena expansión. Aunque en un principio fue un proyecto de Nebrija que no encontró el apoyo de la reina Isabel la Católica, pudo publicarse gracias al mecenazgo de Juan de Zúñiga.
La publicación de esta obra supuso una herramienta de primer orden para la difusión de la lengua castellana, puesto que se publicó el mismo año del descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón; no en vano, el autor, en su dedicatoria a los Reyes Católicos, les recordó que «siempre ha sido la lengua compañera del Imperio». Nadie soñaba aún las consecuencias del Descubrimiento de América, pero es como si Nebrija de algún modo hubiera intuido que aquella «lengua vulgar» estaba en vías de convertirse en el gran idioma internacional, segundo del planeta, que es hoy el castellano.
Con la Gramática de la lengua castellana y el Diccionario español que publicó el mismo año, Nebrija dio el impulso definitivo a nuestro idioma hacia su expansión, anticipando el Siglo de Oro de la literatura española.