El hogar está en el aire,
en lo que queda atrapado en el aire,
en ese gesto que haces para mí sin saberlo
y, sin saber tampoco,
construye paredes y ventanas,
coloca mesas y sillas,
escribe libros en ordenadores imaginarios.
El hogar es tu cuerpo y tu beso
y tu sonrisa y tu piel,
la puerta que abres cuando, cansado,
golpeo tus paredes
cada noche,
cada madrugada,
cada atardecer.