Un muerto dentro de un tanque de agua como premonición, eslabón de muertes que anegarán a una familia. Una familia como refracción de la humanidad y lo que morirá con esta a causa de su corrupción: ¿la confianza?, ¿la esperanza de vivir?, ¿las mujeres, una tras otra?, ¿la posibilidad de escapar?, ¿la palabra futuro?
—Parece que el sol se cae a pedazos.
—Sí, es como si nos quisiera decir algo.
Infierno es el círculo que la autora reservó a los vivos en esta obra de teatro. No hay metáfora en la fatalidad de la inacción y el silencio ante el dominó de vanidad, odio, control, la corrupción y sus linajes de poder.
—¿Qué nos queda?
—Nos queda imaginar.
—Imaginar…
«¿Usted cree que esto le interese a alguien?», nos interpela uno de los personajes. Sí. Con el sello punzante, psicológico y onírico de la escritura postdramática de Ailyn Morera, celebramos su poética alevosía y su agudeza contra lo inhumano.
Alejandra Solórzano
«El descontento social aparece en esta obra expuesto mediante un lenguaje cercano que nos sugiere un país que conocemos y al que pertenecemos. Al mismo tiempo, utiliza figuras poéticas para expresar los horrores que dañan las subjetividades de las personas, principalmente las mujeres», Jurado del Concurso de Dramaturgia Inédita, TNCR