No resulta sencillo clasificar este quinto libro de Lierni Irizar en un género concreto porque está construido con elementos diversos que toman como eje siete sueños de la autora. El mundo de los sueños siempre ha sido para el humano un campo de misterio y revelación y para el psicoanálisis, desde Freud, una formación del inconsciente que se convierte en un relato que en el marco de un análisis ofrece a menudo un valioso material.
Pero hay muchos tipos de sueños, lo sabemos, y los que guían el recorrido de este libro son raros y tienen la peculiaridad de ser meras palabras, sin imagen, frases soñadas.
Como afirma Gerardo Arenas en el prólogo: «No es esta la única peculiaridad que hace del presente libro algo único. Los nueve sueños que aquí se hacen escritura –o siete sueños más dos bonus tracks— tienen una característica especial: no fueron formados por imágenes (visuales o enlazadas con algún otro sentido), sino que son frases breves, de no más de catorce palabras, y carentes de equívocos».
Estos sueños peculiares se convierten en puertas que permiten adentrarse en cuestiones que la autora desarrolla y que tienen que ver con cuestiones teóricas, biográficas, con aquello que podemos pensar y decir, y lo que no.
Recurre, como es habitual en su escritura, a fuentes diversas, tanto literarias, como poéticas, filosóficas y psicoanalíticas.
Podemos afirmar que su trabajo es un intento de hacer comparecer aquello que puede hacer de la vida, algo digno de ser atravesado.
Arnoldo Liberman afirma en su epílogo: «No sé si la literatura es la prueba de que la vida no alcanza (como dice Pessoa) pero Irizar hace de ellas (vida y letra unidas en un solo haz) un modelo de lo que ambicionamos: que la letra de nuestros sueños sea el tango de nuestras vidas».