Toda individualidad es para Schopenhauer un error especial, una equivocación y el verdadero objetivo de la vida es librarnos de él. Esta es la Metafísica del amor y la metafísica de la muerte, los dos grandes medios de trascender la individualidad. El amor y la muerte, eros y thanatos, constituyen para nuestro autor dos aspectos de la Voluntad, principio metafísico situado más allá de lo observable y de lo pensable. Ambos son manifestaciones primeras e iniciales de lo que define como voluntad de vivir. Todo enamoramiento, por etéreo que afecte ser, sumerge en realidad sus raíces en el instinto sexual. Es el más activo y poderoso de todos los resortes, tiene una influencia perturbadora sobre los más importantes negocios, irrumpe a todas horas en las ocupaciones más serias. ¿Por qué tanto ruido? ¿Por qué esos esfuerzos, esos arrebatos, esas ansiedades y esa miseria?