Al poco tiempo de una visita de Hércules Poirot a su dentista, el profesional es encontrado muerto, y todo indica que se trata de un suicidio. El investigador jefe de Scotland Yard Japp, invita a su amigo Poirot a que participe en esta investigación, la cual finaliza rápidamente cuando se descubre que otro paciente que estuvo en el consultorio ese mismo día ha muerto. La opinión del tribunal es que el dentista se suicidó después de haber matado al paciente, al haberle inyectado, por equivocación, una dosis excesiva de anestésico.