final, la perra descaradamente abandonó la caja y fue hacia la almohada de mi mujer. Dio vueltas y vueltas sobre la colcha cerca de los hombros de mi esposa, como si fuera a parir justo allí. Mi mujer estaba dormida, ignorante de todo. Luego, la perra empezó a respirar con agitación. Bostezaba y ponía una cara rara como diciendo: "¿Por qué mi estómago me duele tanto cuando estoy cansada?".