La forma de narrar de Kawabata es única, tan única incluso entre los escritores orientales, que les basta la brevedad.
En ocasiones llegan ser tan breves que -francamente- llegar a parecer absurdos.
Los temas se van surfeando entre el amor, la muerte, la soledad, la vida rural del Japón, etc.
Una lectura sencilla y rápida, pero particularmente esencial.