Más de ochocientos bosquejos, entre los 5 volúmenes, sobre textos bíblicos seleccionados y bien desarrollados por el profesor Silva, del Instituto Bíblico de Nueva York, quien comenta: «Muchos creyentes se reunen en grupos para recibir un sermón enlatado, medio cocinado, lleno de palabras y vacio de mensaje. No se puede seguir adormeciendo a los creyentes con la música, los cantos, himnos y coros; la predicación debe de ser viva y exponer las doctrinas de la Biblia, teniendo un principio y un desarrollo lógico y homilético hasta el final.»