A veces la vida pasa entre uno y otro chale. Así le ocurre a Axel, protagonista de Díganle adiós al ratón, quien lucha por mantener un empleo y olvidar a su exnovia. Sin embargo, esa calma depresiva es un lujo en estos tiempos, y a sus problemas no tardará en sumarse un misterio: los gatos muertos que aparecen alrededor de su casa. Vía el humor y la ternura, en la primera novela de Zauriel conviven narcos, alumnos de talleres literarios, policías, un fantasma y el gatito Darion. Díganle adiós al ratón es una investigación (y una ampliación) de las posibilidades de la novela de aprendizaje.