Cómo leer literatura

No se trata tanto de que contengan significado, sino de que lo generen.

El teatro puede enseñarnos alguna verdad, pero es la verdad de la naturaleza ilusoria de nuestra existencia.

Es como si consiguiera convertir un refunfuño en un homenaje.

En cualquier caso, King era monárquico, mientras que Milton acabaría siendo un acérrimo defensor de la ejecución de Carlos I.

Así pues, se asume que se trata del verdadero nombre del narrador o de un seudónimo que ha elegido para indicar su estatus de marginado errante.

Las frases «En el principio era el Verbo» y «y el Verbo era con Dios» tienen la misma longitud (seis palabras cada una) y el mismo tipo de patrón rítmico; así pues, probablemente esperamos otra frase por el estilo para equilibrar las dos primeras, como por ejemplo «y en verdad el Verbo era brillante», digamos.

«cuando la lucha se gane y se pierda». Se supone que significa que la ganará un ejército y la perderá el otro, pero también podría indicar que con aventuras militares de ese tipo ganar en realidad significa perder.

El contraste con la ficción realista es claro. En muchas obras realistas el lenguaje está concebido para que parezca lo más transparente posible y ceda el significado que encierra sin demasiada resistencia. De este modo crea el efecto de presentar la realidad en bruto

Las obras de ficción como La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, El corazón de las tinieblas, Ulises y La señora Dalloway pueden servir para liberarnos de contemplar la vida humana como si tuviera un objetivo concreto, que se desarrolla siguiendo una lógica y resulta rigurosamente coherente. Como tal, pueden ayudarnos a disfrutarla más

en este capítulo ofrezco unos ejercicios prácticos de análisis literario, tomando como textos los primeros versos o frases de varias obras literarias bien conocidas.