Henry James llama the real thing (lo auténtico): la entrega debe ser total. Riesgo de vida, de muerte, de desgracia, de deudas, nada importa si uno debe vivir lo absoluto, arriesgarlo todo. El alpinista que va más allá de sus fuerzas lo hace una y otra vez; el submarinista de profundidad lo hace una y otra vez, para conocer la ebriedad del absoluto, donde no hay nada más, donde todas esas pequeñas virtudes burguesas dejan de existir. Me ha faltado esa convicción del valor del riesgo último.