Rancière reflexiona sobre la representación de la historia en el cine y en la pintura. De Alexander Medvedkin a Chris Marker, de Humphrey Jennings a Claude Lanzmann, el arte se ha cuestionado cómo retratar con éxito los acontecimientos que atraviesan toda una época. Pero preguntarse sobre la manera en que los artistas recortan el mundo sensible, aíslan o redistribuyen sus elementos, para Rancière es preguntarse por el corazón político de cualquier esfuerzo artístico. Para Rancière no hay imagen que no pueda reabrir el debate sobre las escenas que la historia oficial decía haber fijado de una vez por todas.