A principios de los años sesenta, un grupo de activistas se organizó de manera clandestina para poder dar soporte emocional, asesorar y practicar abortos de forma segura, asequible y sin distinciones de etnia o clase social. De día eran estudiantes, amas de casa y esposas ejemplares, pero, abandonadas las caretas, salían protegidas por la oscuridad de la noche para empapelar la ciudad con una proclama en clave: «¿Estás embarazada? ¿Necesitas ayuda? Llama a Jane».
Kerri Maher ficciona en Al otro lado de la línea la hazaña del colectivo Jane de Chicago a partir de las historias de tres mujeres que en algún momento tuvieron que llamar o atender una llamada determinante en sus vidas. Gracias a su cinematográfico estilo, Maher consigue dibujar de manera ágil y entretenida el espíritu y las aristas de un tiempo en que lo personal era inevitablemente político, plasmando las inquietudes que atravesaban entonces las causas feministas del modo más estimulante posible: rememorando a quien nos precedió, evocando sus voces en la lectura como en una llamada a medianoche, decidida a despertarnos