Siempre es difícil adentrarse a la vida de las personas, sobre todo cuando sus circunstancias han sudo tan desfavorecidas. Martes nos cuenta en estás líneas sus desventuras al tratar de encontrar su lugar como afrodescendiente en un país al que no se siente bienvenida y con el que comparte poco debido a su nacimiento en Francia.
El camino que recorre Maryse está plagado de desdichas, dolor, insertidubre, pérdidas, engaños, traiciones, abandonos, culpa e injusticias. Pocas veces se le tendió una mano amiga, aunque hubieron los casos en que fue salvada por la generosidad de las personas que se convirtieron en amigos.
No he tenido el gusto de leer el trabajo de la autora, pero me siento inclinada a hacerlo ahora que tengo el concepto de muchas. Me estemece pensar en las palabras que esa mujer pudo plasmar en novelas sabiendo dónde basó algunas de las situaciones que adornan sus historias.
Este fue un gran descubrimiento de una realidad totalmente distinta a la mía. Valió muchísimo la pena.
Ayñ, después de leer Corazón que ríe, corazón que llora, me dejó la espinita de conocer más de ella y no puede seeeer, ¡te amo, Maryse Condé!
Tantas cosas transitan en su vida que en cada momento las emociones cambian en todo lo que enmarca en su autobiografía. Es un sube y baja de la existencia. Me hizo sentir mucho.
La relación con su hijos es otra de las partes más conflictivas y reflexivas que hay en el libro. Ayñ, sumamente chido y fuerte.