«Inventé la libertad al anochecer de la Epifanía. Viajaba en el circuito camionero Justo Sierra y parque de Armas, escoltado por el desfile anual del Día de Reyes. La jauría de niños, los regalos, las bocinas, el estruendo, la dejaron frente a mí, en el asiento de minusválidos del autobús. De inmediato clavé mi mirada en ella. Quedé deslumbrado por ese rostro. Desconozco qué me atraía más en él: la nariz diminuta o los labios abultados». Este párrafo inicial del cuento “Confesionario”, incluido en el presente volumen escrito por Ricardo García Muñoz, contiene una imagen recurrente en estas historias: la de una mujer irremediablemente atractiva, pero inasible. Pero esa no es la única búsqueda que emprenden los personajes que aquí se presentan, también tratan de encontrar el sentido de sus vidas entre las calles profundas de una ciudad enrevesada, pero cuyo rostro es simple y diáfano.
Como todo cuentista, el autor entiende la vida a partir de historias. El lector encontrará aquí, además de sucesos, una manera personal de comprender, quizá no la comparta, pero seguramente ganará al mirar su entorno desde el punto de vista de otro. Después de todo, ese es el propósito de la literatura.