Gracias y desgracias del ojo del culo es una de las mejores pruebas de que Francisco de Quevedo no solo fue uno de los grandes maestros del soneto europeo —junto a su rival Luis de Góngora, o a Shakespeare y John Donne—, sino también un autor satírico extraordinario. Escrito hacia 1622, jamás fue publicado en vida del poeta y aun después de su muerte circuló clandestinamente durante mucho tiempo como una obra anónima. El lector actual descubrirá enseguida qué irreverente sigue siendo hoy este opúsculo blasfemo y escatológico sobre las Gracias y desgracias del ojo del culo, la miseria y la grandeza de nuestro órgano más íntimo y recóndito.