un sujeto tiene una vida pública, cierto funcionamiento social, y también tiene una vida secreta. Es lo que en el relato de Onetti aparece como el vaivén entre un suceso y un sueño: “Bueno, mi vida no es otra cosa que un suceso y un sueño”, es decir, las fantasías construidas en el soñar despierto, que en principio podemos asimilar con las ilusiones que el sujeto conserva, una especie de relato privado.